jueves, octubre 26, 2006

Frontera sur

Persiguiendo la firma de un documento hasta las márgenes mismas del reino del sur, este peregrino tuvo que recorrer de incógnito esa región de frontera que separa la fértil tierra media del desértico "harad".

Innumerables burocracias fronterizas impidieron hacer el trámite en un sólo día, pues al llegar el consulado había ya cerrado. No importa por lo que fuere, por duelo o por ineptitud, hubo que regresar al otro lado de la frontera y esperar al día siguiente para reemprender la ruta. Vuelta a los timbres, las caras inexpresivas, las filas interminables, la sensación de continuar existiendo gracias a la venia de un funcionario pródigo...

El triunfal regreso con la firma arrebatada al cónsul en un momento de libérrima misericordia, transitando por la ruta 5 norte, de 3 mts. de ancho, plagada de comercio ambulante, contrabandistas, camiones cargados al punto de volcarse, carretillas con las más curiosas mercancías, olores inenarrables, peatones paseando como pedro por su casa, una especie de gymkana de barrio sorteando obstáculos, pidiendo por favor que muevan un poco la carretilla para pasar, con la fuertísima impresión de ir transitando por el Macondo de García Márquez...

domingo, octubre 15, 2006

La cultura de la muerte

Los humos del volcán no previnieron en vano ante un posible ataque del enemigo. Ya en septiembre llegó a las costas de la Tierra Media el eco de sus argucias en la patria austral, esos decretos soterrados que imponen como salud algo que es contrario a ella, que exigen reconocer la promiscuidad como una opción que los adolescentes pueden adoptar sin influencia de "terceras personas" (que casualmente resultan ser sus padres), que redefinen como "interrupción del embarazo" lo que arcaicamente se conocía como aborto...

Pero el ataque llegó también a estas costas, pues se ha visto a sus agentes apurando en el archi conocido secreto la tramitación de una ley interpretativa sobre salud sexual y reproductiva, con términos exquisitamente bien copiados de su símil holandés. Es por eso que los pueblos libres se alzaron en resistencia al avance de su engaño en una Marcha por la Vida, recorriendo el centro de la ciudad para protestar ante los legisladores por su proyecto inconstitucional y antihumano.
El Concilio Blanco reunió a muchos de sus miembros para oponerse al recorrido triunfal de los nâzgul disfrazados de burócratas, que quieren sumir todo en una nueva oscuridad, más engañosa y sutil que las anteriores porque se viste de tolerancia, de no discriminación, de libertad de elección.

Es por eso que marchamos para dar todos juntos un enérgico
"You shall not pass!"...

miércoles, octubre 04, 2006

Se busca "my precious"...

Una de las cosas que este peregrino ha buscado durante sus errabundas caminatas por la costa de la Tierra Media, es lograr dar con esa creatura escurridiza que repite sin fin la sisilante frase "my precious"...
Admito que hay múltiples candidatos a tal mérito, pero surgen dudas a cada paso, por eso procederemos a someter el caso a votación popular.

¿Quién se merece el apelativo de My precious?
Candidato nº1:
Reptil herbívoro, vive en los árboles, engulle todo brote a su paso, mudo, mirada despectiva y autosuficiente, golpea con la cola como látigo, tolera la proximidad de sus semejantes, pero es altamente belicosa ante la competencia por algo que echar al buche.
Candidato nº 2:
Pequeño reptil casero y comedor de bichos, cada habitación cuenta con uno, territorial, tímido y escurridizo, casi sin color, ojos brillantes, vive detrás de los cuadros y corre por las paredes, hace un ruido sutil y no molesta nunca, más bien ayuda despachándose a los zancudos, arañas y demases.

Ahí están las posibilidades... se aceptan sugerencias para adelantar la búsqueda. Pero tenemos que decir que otra imagen del candidato nº2 no ha podido ser habida, mientras que el megalómano nº1 puede ser encontrado a cada rato y en toda plaza que se precie, aceptando regaloneos de los visitantes y turistas, o tragándose un árbol...

Parece una pesadilla, ¿no es cierto?

guardamos el fuego

guardamos el fuego