Han pasado ya 2 semanas desde el último post. Corren los días aún más rápido cuando ha habido encuentros varios con mesa estilo hobbit, paseos bajo sol y estrellas, blancas playas mirando hacia el oeste. Las despedidas son sólo un hasta pronto, en el próximo cruce de caminos nos hemos de ver nuevamente, las conversaciones nunca terminadas podrán continuar como si la distancia y el tiempo no existieran. Porque en verdad no existen... caminamos juntos en esa realidad interior a veces paralela a las correrías terrenas, pero que se va haciendo cada vez más tangible en la medida que la experimentamos, en la medida que hacemos el esfuerzo de peregrinar hacia esa realidad única. No hay aquí ni allá, no hay antes o después, no hay comienzo ni fin, no hay cansancio ni ausencia... sólo existe el estar juntos, "el eterno estar juntos propio del amor"...
4 comentarios:
Justamente venía por estos lares a alegar de las ausencias, pero ya veo, no son tales. Es eso de los momentos, que en nuestro caso, se llama realidad. Ciertamente un tema confuso, complejo e inabarcable, pero ya vendrán días para charlar sobre eso. Por ahora, un gusto verle por aquí.
Muchas gracias... a veces las palabras demoran en germinar... a veces hay que ser porfiado para mantenerse en esa realidad inacabable...
Tolkien en el capítulo de la llegada de la comunidad a Lothlórien (Tomo I, libro 2, párrafos finales del capítulo) relata como Frodo habiendo experimentado esa realidad permanente, de ahí en adelante siempre caminó de cara a ella, a pesar de las etapas más oscuras que tuvo que enfrentar.
Caminamos...
Recuerda esto Padre...
¡oh noche, madre de los blandos sueños,
madre de la esperanza, dulce Noche,
noche oscura del alma, eres nodriza
de la esperanza en Cristo salvador!
...
Anhelando el próximo cruce de caminos...
C del R
"Aunque Frodo caminaba y respiraba y el viento que le tocaba la cara era el mismo que movía las hojas y las flores de alrededor, tenía la impresión de encontrarse en un país fuera del tiempo, un país que no languidecía, no cambiaba, no caía en el olvido. Cuando volviera otra vez al mundo exterior, Frodo, el viajero de la Comarca, caminaría aún aquí, sobre la hierba entre la amarilla elanor y la blanca niphredil, en la hermosa Lothlórien". (Tomo I, libro 2, capítulo Lothlórien)
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